Un reducto de la detención pre-reflexiva. Una invitación a poner micrófonos a las sombras y bajar el volumen de los deflectantes brillos de neón.

lunes, 5 de mayo de 2008

Almadén y el azogue de Medina Azahara


Ayer de vuelta del puente de mayo tuve la oportunidad de conocer parajes simbólicos de nuestra orografía española como el valle de Alcudia y Sierra Madrona en Ciudad Real. Territorios dentro de la antigua Oretania con una historia milenaria profusa en cuevas y abrigos rupestres, asentamientos íberos, romanos y árabes.

Por otra parte en el trayecto de vuelta también pude atravesar tierras cordobesas. De hecho, días atrás venía leyendo la historia de Medina Azahara (ciudad residencia de la dinastía Omeya en los alrededores de Córdoba) y me interesó mucho la descripción de este magnífico "Versalles" del siglo X por el cronista árabe Ibn Bashkouwal:

«entre las maravillas de Medina Azahara, el salón de los Califas, cuyo techo estaba hecho con tejas de oro y bloques de alabastro translúcido. A cada lado se abrían ocho puertas de ébano con relieves de oro. Cuando el sol penetraba en esta sala y al-Nasir (Abderramán III) deseaba asombrar a sus cortesanos, bastaba con que hiciera una señal a uno de sus esclavos y el estanque lleno de mercurio que estaba en el centro de la sala se ponía en movimiento. Entonces parecía que el salón daba vueltas, mientras que unos rayos de luz atravesaban la estancia llenando la asamblea de terror. Fue la abundancia de mercurio que había en España lo que le dio a al-Nasir la idea de este mecanismo gracias al cual la sala parecía dar vueltas sobre sí misma como sobre un eje. Daba la impresión de que seguía el movimiento del sol. El califa se ocupaba tanto del buen funcionamiento de este mecanismo que sólo confiaba su conservación a su propio hijo, al-Hakam».

Unos días más tarde durante el recorrido de vuelta a Madrid pude contemplar las minas de Almadén y sorprendentemente vinieron a mi mente una serie de pensamientos que encajaban perfectamente como si fuera un puzzle olvidado de la infancia (lo que los psiquiatras llaman un "déjà pensé").

Yo no sabía nada de Almadén (pensaba de hecho que eran minas de cobre) y sin embargo mientras atravesaba las instalaciones con el coche sólo me venían imágenes de ese mercurio y en la posible apariencia de la fuente mágica de Medina Azahara.

Cuando llegué a casa y comprobé que Almadén es la mina de mercurio más importante del planeta pude enlazarlo todo. Desde ese momento para mí la fantástica Fuente de Azogue (Azouc en árabe) no podría ser nunca una simple leyenda.

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