En esta noche agostiza,
cofres de hielo arrecian
como embriones de lágrimas.
Tu sonrisa, que pulveriza,
cualquier luz recia en razón,
se ancla y me sangra.
En esta noche africana,
gotea la candela de San Lorenzo,
con cera de amor platónico
y desazón escolástica.
Brillantes en tanta poesía
Borrachas de euforia.
Efímeras y eternas
las Perseidas puras,
rezuman asustadizas
desde Mozambique
en mi alma
atlántica.