Un reducto de la detención pre-reflexiva. Una invitación a poner micrófonos a las sombras y bajar el volumen de los deflectantes brillos de neón.

viernes, 27 de enero de 2012

Simplicidad dolorosa

Ane Brun siempre consigue romper los espejos del cinismo con versiones intimistas cargadas de emociones. Están de más los fondos sonoros y los cada día más complicados arreglos músicales.

Una vez más la ingeniería del sonido se derrumba como un castillo de naipes frente a la simplicidad unida a la pureza de sentimiento.